DIARIO DE UNA PERSONA CUALQUIERA

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sábado, 20 de febrero de 2010

Lesiones solares en invierno

Interesante artículo en la revista consumer sobre los problemas que puede acarrear no protegerse contra los rayos solares en actividades al aire libre en invierno. El artículo "Protegerse del sol en invierno" habla tanto de la protección de la piel como de la protección de los ojos ante las exposiciones solares.

Es un artículo interesante puesto que la mayoría de personas que realizan deportes al aire libre no tienen en cuenta los daños que puede provocar la exposición a lo rayos solares en esta época del año. La bajada de las temperatuas y el aire frío nos hace pensar que los rayos solares son menos intensos o que no nos están causando daños en la piel o en los ojos. Sin embargo, la realidad es bien distinta, y los efectos que puede acarrear son iguales o peores que durante el verano si no nos protegemos adecuadamente.

Cómo se indica en el artículo, en invierno el ángulo de los rayos solares incide más directamente en nuestra vista ya que el sol está más bajo con lo que el reflejo es más intenso. Además, se agrava si estamos practicando deportes de invierno sobre nieve, ya que ésta refleja mucho mejor los rayos solares lo que puede causar graves daños oculares. Hay que tener en cuenta que las radiaciones son más elevadas en el mar y en la nieve ya que se recibe tanto la luz directa como la luz reflejada. En el caso de la nieve, las zonas suelen ser de mayor altitud con lo que la densidad de la atmósfera es menor incrementando todavía más la radiación ultravioleta.

Las recomendaciones, por regla general al realizar actividades al aire libre en invierno serán las mismas que en verano. Protección solar elevada y gafas de sol adaptadas a la cantidad de luz existente. Teniendo especial cuidado cuando estamos practicando deportes en la nieve. Usar protección solar que proteja contra los rayos UVA y UVB y no sólo de uno de ellos y con un factor de protección mínimo de 30.

En en el caso de deportes de nieve, las molestias oculares no aparecen durante la práctica del ejercicio sino horas después de la exposición al sol y suelen ser bastante molestas (lacrimeo, escozor, dolor ocular...) Para calmar estos síntomas, podemos hacer un lavado del ojo con suero frío y ponernos hielo en los ojos para refrescarlos y reducir la inflamación. Sin embargo, una continua exposición puede causar daños oculares graves.
Tener en cuenta, en el caso de las gafas para los entornos con nieve, que no valen cualquiera. La exposición en estos lugares a las radiciones ultraviolestas es mayor por lo que la protección contra los ultraviolestas debe ser mayor. Además es interesante que las gafas tengan protección lateral para evitar los efectos del viento y la nieve sobre el ojo.

El artículo da unas recomendaciones para una protección ocular correcta que es interesante que sigamos.

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